
Los animales se convirtieron en los reyes de las calles y los niños, en la mayor arma de destrucción de un ‘bicho’. El nuevo coronavirus ha puesto al mundo patas arriba, y el ‘orden mundial‘ no está exento de ese viraje. La mayoría de los españoles (56%) ya percibe que China ha arañado la primera posición del liderazgo económico mundial a Estados Unidos. Pero, eso no significa que le quieran dar su apoyo. Empresas e instituciones del país asiático se han visto envueltas en polémicas con España por la entrega de material sanitario defectuoso durante la crisis y los ciudadanos han tomado nota. Cada vez son menos los españoles que se muestran dispuestos a comprar productos ‘made in china’, según un sondeo de Metroscopia.
En concreto, más de la mitad de los ciudadanos (51%) considera menos probable que antes adquirir productos fabricados en China; un 44% declara que su anterior confianza en sus servicios se mantiene invariable; y solo un 5% afirma que su buena percepción hacia el gigante asiático ha incrementado» durante la pandemia. Lo cierto es que todos los ojos se han posado sobre el gigante asiático en estos meses porque, al ser el primer país en sufrir los efectos del virus, ha sido el primero en recuperarse de la cepa y activar su industria. En este panorama se convirtió en uno de los pocos proveedores de material sanitario a nivel mundial, dejando poco margen de maniobra al resto de naciones afectadas para decidir con qué armas combatir sus brotes. Las opciones para muchos eran y son China o China, y para el nuevo líder mundial, el éxito o el fracaso en su debut como capitán.
Los test de la discordia
No fue un solo lote. El mayor quiebre de confianza entre España y China se produjo porque el Ministerio de Sanidad se vio obligado a romper el contrato con la empresa Bioeasy tras constatar que los dos envíos de test de detección del virus que la compañía entregó al Estado no cumplían con los estándares de calidad exigidos. La eficacia de las pruebas rondaba el 30% cuando las especificaciones estipulaban que debía superar el 80%. El Gobierno de Xi Jinping se desmarcó de los empresarios al asegurar que estos no forman parte de su lista de proveedores avalados, pero la desconfianza quedó sembrada.
Hay más… El retraso de 10 días del avión procedente del país asiático cargado de material sanitario para auxiliar a los hospitales de la Comunidad de Madrid tampoco dejó una buena imagen en los españoles. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, atribuyó la demora a «imprevistos» como la dificultad de adquirir material en un mercado «desbordado» o los problemas para realizar directamente las compras, pero no ‘salvó’ a sus socios. El oscurantismo de las transacciones en medio de un periodo de incertidumbre levantó el recelo de los españoles hacia las tácticas comerciales del Gobierno chino en un periodo tan frágil para la humanidad.
El aumento de la desconfianza hacia China registrado en las últimas semanas es alto, pero no termina de minar los puentes construidos con el país asiático en los últimos años. Los ciudadanos todavía lo consideran un socio importante para salir de el caos financiero que se avecina, aunque no sea el único candidato para posar en las próximas fotos de familia de los convenios tras la crisis. La Cámara de Comercio de España augura que el país no recuperará los niveles de bienestar anteriores a la llegada de la Covid-19 hasta el año 2023, es decir, hasta el último de esta legislatura. España necesitará de los mejores aliados para sobrellevar este periodo.
¿A quién pedir un salvavidas? En este punto parece haber un empate. El 38% de los españoles considera que es una ventaja apoyarse en las relaciones con China durante el proceso de reconstrucción, y el mismo porcentaje respalda recurrir a Estados Unidos. Ambos países han tenido manejos de la crisis muy dispares, con sus aciertos y errores. China estableció un confinamiento estricto durante el pico de su brote, pero las sospechas de que ocultó la peligrosidad del virus y que este fue creado en uno de sus laboratorios de Wuhan han empañado su gestión. Por otro lado, los volantazos de Donald Trump -la Covid pasó de ser solo una gripe a un verdadero peligro- y su ‘encierro’ más laxo le trajeron críticas, pero su velocidad para cortar toda la comunicación aérea con Europa durante el estallido del brote han hecho que algunos tomen su lado. Los españoles parecen igual de atraídos o asustados hacia el método Trump y el de Xi Jinping como caminos para sanar el roto en los bolsillos que ya se siente y terminará de llegar con la ‘nueva normalidad’.
Pase lo que pase, el sondeo demuestra que los españoles consideran a China una potencia, ven oportuno apoyarse en ella, pero disminuirían el consumo de los productos de sus empresas por la mala reputación que han adquirido durante la pandemia. El último punto no es favorable, pero los primeros dos constatan que China podría jugar un papel importante en el futuro próximo de España. El barómetro de Metroscopia explica que «este llamativo auge de la credibilidad y prestigio de China en nuestra sociedad parecería avalar el éxito, también aquí, de la decidida estrategia global de comercio e influencia desplegada por dicho país durante la última década». Los investigadores aseguran que «desde 2013, China ha llevado a cabo una ambiciosa estrategia de desarrollo global (la Belt and Road Initiative –BRI—conocida también como la ‘nueva ruta de la seda’), cuyos efectos se harían ahora sentir también en España».
China ha logrado establecer redes comerciales por todos los rincones del mundo durante la pandemia. Desde que inició, las empresas que operan bajo las reglas del mandatario Xi Jinping han surtido de material sanitario a países como España, Paraguay, Cuba, Reino Unido, Rusia, Italia, Alemania, Francia… Al ser el primer territorio recuperado ha podido posicionarse al frente de la gestión de aspectos importantes. Solo el tiempo dirá si el liderazgo marcado por los españoles permanecerá tras la pandemia o Estados Unidos le arrebatará el trono cuando logre bajar la tensión en su país, que actualmente cuenta con el mayor número de contagiados en el mundo.