
El Gobierno ha doblado la apuesta sobre su programa para subir los impuestos a los carburantes. Moncloa ya estudiaba antes de la pandemia equiparar los precios de la gasolina y el diésel a través de gravar más los Impuestos Especiales (IIEE) del gasóleo. Sin embargo, la propuesta se paralizó durante la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para este año. Ahora, el plan es subir los impuestos tanto al diésel como a la gasolina para equiparar los precios al de los países del entorno.
El polémico documento España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo, presentado por Moncloa el pasado 20 de mayo, recoge una subida de los tipos impositivos sobre el consumo de diésel y de gasolina. Además, prevé la creación de un nuevo impuesto sobre el uso medio real del vehículo en sustitución de otras figuras fiscales actuales como el impuesto de matriculación.
La intención del Gobierno es acercar los precios de los combustibles al tipo impositivo medio de la gasolina en los ocho principales países de la Unión Europea, que se sitúa en torno a 20 céntimos de euro más cara por litro. Según el documento sobre 2050 de Moncloa, entonces habrá menos vehículos privados y más vehículos compartidos en las carreteras españolas, así como más bicicletas y más transporte público. «La movilidad se verá transformada por la difusión del automóvil eléctrico, que será cada vez más económico y competitivo y que constituirá el grueso del parque móvil español a mediados de siglo», indica el Gobierno.
Contra el diésel
El Ejecutivo quiere empezar la escalada impositiva por el diésel, después de décadas de estrategias impositivas dirigidas a promover la compra de esos vehículos y convencer a los conductores para adquirir motores de gasóleo. El resultado es que hoy, pese a todo, el diésel es, de media, 8 céntimos por litro más barato que la gasolina.
En contra de lo que muchos usuarios piensan, el producto es más caro. Un litro de diésel al por mayor cuesta unos 0,451 euros, mientras que un litro de gasolina se queda en los 0,407 euros. La diferencia está en los impuestos. La gasolina está gravada con un 16% más de impuestos hasta suponer el 54% del precio de venta al público (PVP). Por su parte, los impuestos se quedan en el 46% en el caso del precio final (PVP) del diésel.