
Durante la mañana del pasado día 2 noviembre, miembros de Ecologistas en
Acción de Castilla – La Mancha y la Consejería de Desarrollo Sostenible,
representada por su Consejero D. José Luis Escudero, mantuvieron una
reunión con la finalidad de tener una primera toma de contacto de cara
al tratamiento de diferentes aspectos relevantes de la gestión y
política medioambiental del gobierno regional.
Esta reunión a dos bandas, que tuvo lugar de forma telemática en
prevención de la pandemia asociada a la COVID19, es la primera celebrada
en la presente legislatura. Ecologistas en Acción valora positivamente
esta primera toma de contacto en la que tuvo la oportunidad de tomar el
pulso de la gestión medioambiental del gobierno regional. La Consejería
a su vez, trasladó a la federación castellano – manchega de Ecologistas
en Acción las líneas maestras de su política de gestión.
Durante la entrevista se trataron diferentes aspectos ambientalmente
sensibles como los proyectos de Ley de Vías Pecuarias, la Ley SUMA y los
desarrollos urbanísticos, la gestión de la caza, el fin de la actividad
cinegética en el parque nacional de Cabañeros, la calidad del aire y la
elaboración de un Plan regional de mejora de la calidad del aire o los
impactos sobre los recursos hídricos de la región derivados de la
proliferación de regadíos. Ecologistas en Acción teme que, ante la
crisis económica en la que se encuentra nuestro país en general y la
región en particular, el gobierno regional quiera agilizar trámites de
control medioambiental para dar cabida y manga ancha a todo tipo de
proyectos, lo cual redundaría en una pérdida de biodiversidad, de
recursos naturales y paisajísticos sin precedentes en nuestra historia
reciente.
Aunque Ecologistas en Acción valora positivamente esta primera toma de
contacto y el hecho de que la Consejería de Desarrollo Sostenible se
haya comprometido a mantener diferentes reuniones periódicas de trabajo
para tratar específicamente cada uno de los asuntos de interés a partir
del mes de enero, también quiere mostrar su preocupación por lo que
considera un rumbo hasta ahora desacertado, errático y vacilante en lo
que, desde nuestra perspectiva, correspondería a su función principal,
esto es, a una gestión adecuada de nuestro medio natural, especialmente
en lo relativo a la gestión de la caza y a la evaluación del impacto
ambiental de proyectos de todo tipo, como las fotovoltaicas, las
macrogranjas, los regadíos o las industrias de diversa índole.