
El país asiático quiere reducir su dependencia del exterior. España se ha convertido en el mayor exportador de porcino a China que acapara casi el 44% del consumo de cerdo.
La inseminación en jaulas, gestaciones grupales, alimentación automatizada, hacinamiento y cerdos que llegan a pesar casi el doble de lo normal, hasta 200 kilos. Es la radiografía del sector porcino en China, con hasta 50.000 cerdos en un mismo complejo.
Y no son granjas. Son edificios que se están levantando por todo el territorio, de hasta 13 plantas de altura, para la cría intensiva de ganado porcino con el objetivo no solo de alimentar a la población y reducir la dependencia del exterior, sino también de estabilizar los precios y dejar de depender del exterior, ya que España es considerado el país «despensa» de china, ya que España exporta a China la mitad del consumo de cerdo. En pocas palabras, estamos creando macrogranjas para alimentar a China y que no deje de ser dependiente de nosotros.

En 2018 el gigante asiático sufrió un brote de peste porcina africana que acabó con la mitad de su cabaña de cerdos y, tras una fuerte subida de los precios y la obligación de tener que importar de forma masiva, entre otros países a España, sus autoridades han decidido tomar medidas para que la situación no vuelva a repetirse. Y lo han hecho a lo grande, teniendo en cuenta la necesidad de alimentar a una población que asciende a 1.400 millones de personas y que la carne de cerdo es parte fundamental de su dieta.
Según los últimos datos del ministerio de Agricultura chino, actualmente hay en el país 178.000 granjas de porcino de gran tamaño y, aunque de acuerdo con el censo nacional de cerdas, se habría recuperado ya en un 95% respecto a los niveles previos a la epidemia de peste, durante el último año han surgido nuevos brotes que han vuelto a disparar las alarmas.
Pero China no se queda atrás y abre cada semana decenas de granjas por todo el país. No en vano acapara el 43,7% del consumo de carne de cerdo a nivel mundial. Nada más y nada menos que 41,5 millones de toneladas en 2020, más del doble que toda la Unión Europea y cuatro veces más que Estados Unidos. Y la producción interna sigue sin ser suficiente porque se trata, además, del mayor importador del mundo.
Compra casi la mitad de toda la carne de cerdo que sale a los mercados internacionales, hasta 5,3 millones de toneladas en 2020. Lo que está pasando en China explica, además, en gran medida el fuerte crecimiento que está teniendo en España la industria del porcino, con inversiones millonarias en nuevas granjas, fundamentalmente en Aragón y Cataluña, que acaparan ya más de la mitad de la producción. China se ha convertido, de hecho, en uno de nuestros principales mercados y, lo más importante, además, es que España ha alcanzado el liderazgo en el país asiático. Pero la forma de producir aquí, frente a lo que dijo en su entrevista a The Guardian el ministro de Consumo, Alberto Garzón, dista mucho de lo que se está haciendo en China.