
Castilla-La Mancha ha optado por un modelo de medidas
extraordinarias para el curso escolar 2020-2021 sin enfermera
escolar.
El Gobierno no ve funciones para una enfermera en los colegios. La Consejera no las
incorporará “sin tener ninguna función” y considera que es una “ocurrencia”
Los colegios cuentan con los sanitarios del Centro de salud y la Atención Primaria
corre el riesgo de saturarse
Albacete, 30 de agosto de 2020. El pasado viernes, 28 de agosto, compareció en
las Cortes de Castilla-La Mancha, la Sra. Consejera de Educación, Cultura y Deportes para
informar de las medidas extraordinarias para el curso escolar que se inicia el 9 de
septiembre. Es un modelo sin enfermera escolar que argumenta con que no conoce su
función ni su necesidad y que ha seguido la recomendación de las autoridades sanitarias.
Considera que es una “ocurrencia”.
El gobierno de Castilla-La Mancha ha optado por un modelo de medidas extraordinarias
para el curso escolar 2020-2021, sin enfermera escolar, en el que serán elementos claves
del nodo salud-seguridad: la organización de equipos COVID-19 compuestos por
miembros de la comunidad educativa, con un docente o directivo como responsable; un
Centro de Salud de referencia que deberá actuar como consultor y para la asistencia
sanitaria, cuyos profesionales informarán e impartirán formación a los equipos Covid
de los colegios y una línea 900 para dudas y consultas.
Como enfermeras consideramos nuestra obligación profesional, aportar algunas
cuestiones sobre el modelo propuesto:
1. Se trata de un modelo exploratorio, no testado con anterioridad, como sí lo está
el modelo basado en la figura de la enfermera escolar, ya presente entre la
comunidad educativa en algunos colegios públicos y privados -800 en España-
que partirán con esta ventaja.
2. Desconocemos el consenso del modelo por el que opta la Consejería de
Educación, Cultura y Deportes y la Consejería de Sanidad y SESCAM, pero sí
podemos afirmar que la figura de la enfermera escolar es aceptada como un
recurso idóneo, cualificado, pluripotencial y eficiente por todos los actores
implicados: profesores, sanitarios, alumnos y alumnas, madres y padres.
3. Las competencias que se adjudican a uno o varios docentes se corresponden
perfectamente, con una parte del rol de la enfermera escolar y que, en este
momento de la pandemia, identificamos como esencial: continuidad y control de
las condiciones sanitarias de centros, educadora en salud, formadora,
consultora, rastreadora, realización de pruebas diagnósticas de control Covid,
intervenciones en caso de sospecha o brote y enlace con el sistema sanitario y el
de Salud pública. Además, mantendrá su tradicional función de cuidado y
asistencia de los alumnos con problemas de salud o vulnerables, en accidentes,
urgencias y de educadora sanitaria.
4. La enfermera escolar, como miembro de la comunidad educativa y personal
sanitario cualificado, puede ocupar el rol coordinador COVID, de modo más
directo, más sencillo y eficaz.
5. Los médicos y enfermeros de la Atención primaria están sobrecargados. En las zonas urbanas tendrán varios colegios a su cargo. Las nuevas formas de consulta
para la demanda y la visita domiciliaria requieren mayor tiempo por la consulta
telefónica, el uso de EPIS, la demanda e indicación de realización de pruebas PCR
o de anticuerpos. Continúan las revisiones programadas de mujeres gestantes, o
de recién nacidos y pediátricas.
Viene un tiempo en el que abordaremos una importante campaña de vacunación
antigripal, con un aumento de la demanda, de la morbilidad respiratoria,
especialmente en la población más vulnerable, cuya salud se ve más
comprometida en estos meses.
En la transmisión del SARS-Cov2 y sus consecuencias, el control epidémico sigue
siendo imprescindible para garantizar la disponibilidad de los recursos
hospitalarios y la salud de nuestras comunidades, de sus espacios residenciales y de nosotros mismos.
6. Desconocemos quién o quiénes dentro del Equipo de Atención primaria pueden
asumir también las tareas esperadas por el sistema educativo. Los directivos
sanitarios deben estimar su carga en dedicación. Pasa por el refuerzo de los
enfermeros de familia y comunitarios, indiscutiblemente.
7. El sistema de comunicación debe ser explicitado. Hoy, las líneas telefónicas
están saturadas. Debe garantizarse la comunicación entre el responsable en el
colegio y el responsable en el Centro de salud para una ágil intervención y la
seguridad de las partes.
8. Ante la necesidad de asistencia sanitaria, debe repararse en que, suponiendo que los niños o niñas tengan asignado el mismo Centro de salud que su colegio-mayor variabilidad en poblaciones urbanas o de mayor tamaño- , un caso
sospechoso debe ser atendido por su enfermero, médico o pediatra que estaráo o no en el Centro de salud asignado a su colegio, el estudio de contactos incluye a los niños y niñas de su burbuja que tendrán otros médicos y enfermeras distintos, haciendo muy complejo el procedimiento de intervención y cuidado y su registro.
En definitiva, desde el Colegio Oficial de Enfermería de Albacete queremos insistir con toda firmeza en que nuestra defensa de la idoneidad de la enfermera escolar en la actual situación no es un oportunista golpe para crecer, ocupar espacios profesionales u otros intereses.
La cuestión ahora no puede ser leída de modo simplista. Creemos que, para este curso, poner a la enfermera “al otro lado del puente” podría ser más acertado, es la profesional cualificada para las tareas y funciones para las que andamos buscando varios “responsables y circuitos”. El coste, el mismo. El pagador, también.
Superada la crisis sanitaria y vacunados, volveremos al Plan de Salud 2019-2025,
hablaremos de entornos y factores determinantes, de problemas de salud emergentes y prevalentes en la infancia y adolescencia y, entonces, de nuevo, de la enfermera escolar. Confiemos en explicar mejor nuestra “función”.