
Por exposición mediática podría pensarse que el de Juan Roig es el único canal de distribución alimentaria del país, pero fuera de ese polo bregan cientos de negocios pequeños.
Hace tres días, los reyes se reunieron con Juan Roig por videoconferencia en un encuentro que evidenció el peso —real y simbólico— de Mercadona durante la pandemia. La foto de la cumbre se añade al archivo de vídeos virales con largas colas a la puerta del supermercado o carreras apresuradas dentro de él. También enlaza con el debate sobre la capacidad de un negocio que, en el imaginario colectivo, aparece como el brazo abastecedor del Estado al socorro de su población. De hecho, por exposición mediática, podría pensarse que Mercadona es el único canal de distribución alimentaria del país.
Obviamente, fuera de ese polo bregan cientos de negocios pequeños que en estos días suministran víveres a sus vecinos no sin cierta perplejidad. “Mi tienda está delante de un Mercadona y cada mañana veo colas que dan la vuelta a la esquina”, comenta Ana Sánchez, propietaria de una tienda de alimentación a granel. “Desde Sanidad estaban pidiendo distancia social, pero ahí la gente se juntaba para no perder el turno. Han tenido que pintar líneas en el suelo. ¿Cómo puede ser que vayas con mascarilla y luego te encierres en un sitio atestado?”, se pregunta.
Enfrente, ella sube la persiana de su tiendita en el barrio del pilar otra tienda de barrio y despacha comida, productos de higiene y productos de limpieza a la clientela habitual. Toma la precaución de limitar el acceso en tandas o servir ella misma la comida que antes estaba en autoservicio. “No quiero empujarles al supermercado”, dice, “así que abro en horarios reducidos y condenso el trabajo de una jornada normal. Después, la gente que pasa por aquí suele ir también al «Mercadona”, añade.
Me parece oportunista que salga Juan Roig diciendo que no nos preocupemos, que papá Mercadona nos va a cuidar a todos: somos los productores y productoras quienes proveemos
“Luego ves a la prensa diciendo, ‘vamos, aplaudamos a los reponedores de los supermercados porque gracias a ellos tenemos alimentos’. Es decir, los productores no existen; a lo más abajo que llega el reconocimiento social es al reponedor de Mercadona”, reprocha Vidal, que seguidamente dispara arriba: “Me parece oportunista que salga Juan Roig diciendo que no nos preocupemos porque no nos vamos a quedar desabastecidos. Que papá Mercadona nos va a cuidar a todos. En todo caso, quienes estamos proveyendo de alimentos a la población somos los productores y productoras, no los supermercados. Los supermercados son uno de los posibles canales”.